Carlos Gardel

Iniciador y máximo exponente del «tango canción«, fue uno de los intérpretes más importantes de la música popular mundial en la primera mitad del siglo XX, por la calidad de su voz, por la cantidad de discos vendidos, por sus numerosas películas relacionadas con el tango y por su repercusión mundial.

En las biografías oficiales se discuten dos teorías sobre su origen: la primera es que nació en Toulouse, Francia en diciembre de 1890, fue bautizado con el nombre de Charles Romuald Gardes y fue llevado a la Argentina hacia 1893, donde residió en el barrio del Abasto de Buenos Aires durante toda su infancia. La segunda afirma que Carlos Gardel nació en Tacuarembó, un pequeño pueblo ubicado en el norte de Uruguay, en 1887 y que fue llevado de seis años de edad a vivir a Buenos Aires.

El barrio en el que Gardel se crió es la zona de los teatros porteños que tiene su eje en la calle Corrientes, luego transformada en avenida. Eso le permitió desde muy chico estar en contacto con el mundo teatral. Su madre trabajaba planchando ropa, a veces para algunos de esos teatros, y él mismo fue reclutado por un personaje conocido como «Patasanta» que organizaba grupos de aplaudidores en los teatros, cobrando dinero por prestar ese servicio. De esta manera logró estar en contacto con actores y cantantes, de quienes imitaría los ejercicios de vocalización y otras conductas que serían de importancia para su futura formación artística

En esa época, siendo ya un adolescente, comenzó a frecuentar el barrio popular recientemente organizado alrededor del nuevo Mercado de Abasto, abierto en 1893. Gardel fue invitado por un grupo de jóvenes a integrarse a la «barra» del café O’Rondeman, que estaba en Agüero y Humahuaca. El café era propiedad de los hermanos Traverso y estaba administrado por el “Gordo” Giggio Traverso, quien establecería con Gardel una relación de gran afecto mutuo, con características paterno-filiales.

Los hermanos Traverso, liderados por Constancio, dominaban políticamente el barrio del Abasto en nombre del Partido Autonomista Nacional. El joven Gardel fue un protegido de los hermanos Traverso, que valoraron desde un inicio la calidad de su canto -de gran importancia para organizar la sociabilidad popular-, y promovieron su actuación tanto en el Bar O’Rondeman, como en los comités conservadores del barrio y de otras zonas de la ciudad. Años después, en 1927, se mudaría con su madre a una casa que compró exactamente a la vuelta del comité, actual Casa Museo Carlos Gardel.

 

El cantor “estilista”

La expresión «estilo» es la que se utilizaba en la época para referirse a las canciones con temática campera y de ritmos con aires rurales. Algunas décadas después, en Argentina comenzó a usarse la expresión «folklore» para denominar a esos géneros musicales.

En esa época el canto popular estaba dominado por el arte de la payada, cuya figura máxima era Gabino Ezeiza. Gardel no tenía habilidad para inventar sus propios versos a medida que cantaba, que era la característica decisiva para el éxito de los payadores, pero la calidad de su voz le fue abriendo camino poco a poco.

De esa época viene la relación de Gardel con la payada, en especial con José Betinotti, a quien se le atribuye haberle puesto el apodo del «Zorzal Criollo». Uno de los primeros temas que grabó Gardel fue «Pobre mi madre querida», la canción más famosa de Betinotti.

Durante toda esa primera década como cantor, Gardel no interpretó ningún tango, aunque sí lo bailaba. Construyó su estilo de canto a partir de la payada y las canciones camperas, pero también recibió fuertes influencias de la canzonetta napolitana y la ópera.

«¿Cómo voy a cantar palabras que no entiendo, frases que no siento? Hay algo en mí que vibra al sonido de las palabras que me son familiares, que están hondamente arraigadas en lo más íntimo de mi ser; palabras que aprendí en mi niñez, que tienen el significado de cosas muy nuestras, imposibles de transmitir. Mi idioma, señores, es el español… o mejor aún, el porteño. La pregunta “¿Me quieres?” no contiene para mí la emoción que se vuelca en la misma pregunta porteña “¿Me querés?” ¡Yo sé cantar solamente en criollo!» (Reportaje en radio americana NBC sobre la sugerencia de cantar en español neutro, 1934)

El dúo Gardel-Razzano

A comienzos de la segunda década del siglo XX se encuentran Carlos Gardel y el uruguayo José Razzano, «el Oriental». En sus Memorias Razzano ubica ese encuentro en 1911, en la casa de un amigo ubicada a pocos metros del Mercado de Abasto.

Gardel ya había empezado a cantar a dúo con Francisco Martino, sumándose Razzano y poco después el cuyano Saúl Salinas. Lo cierto es que los cuatro se mantuvieron vinculados, cantando alternativamente en dúos, trío y cuarteto, en diversos barrios y ciudades de Argentina de manera semiprofesional, hasta que poco a poco fue decantando el dúo Gardel-Razzano.

En ese período la Casa Tagini, que tenía la representación de Columbia Records y se había convertido en la principal empresa discográfica de Argentina, contrató a Gardel para grabar en 1912 siete discos simples (con 2 canciones en cada uno), que son lanzados al mercado en 1913, cuando todavía era un desconocido.

En el repertorio elegido por Gardel se destacan «Pobre mi madre querida» (canción emblemática del payador José Betinotti) y seis poemas musicalizados de Andrés Cepeda (un poeta asesinado dos años antes y acosado por la policía debido a sus ideas anarquistas y su condición homosexual, que conmovía la sensibilidad del joven Gardel). El resultado no fue el esperado y Gardel deberá esperar hasta 1917 para volver a grabar nuevamente.En 1914 Gardel y Razzano fueron contratados para cantar en el suntuoso cabaré Armenonville de Buenos Aires.

El éxito de sus actuaciones en este lugar le abrieron al dúo las puertas hacia los grandes escenarios del espectáculo porteño. Pocos días después el célebre Pablo Podestá, los contrataba para cantar durante dos semanas en el espectáculo que estaba por estrenar en el Teatro Nacional, su primera actuación en la calle Corrientes.

El cantor de tango

En 1917 Gardel cantó y grabó un tango por primera vez. Se trató del tango «Mi noche triste», un tema musical compuesto por Samuel Castriota titulado «Lita» al que Pascual Contursi le había puesto letra. La interpretación de «Mi noche triste» por Gardel está considerada por varios historiadores como la fecha de nacimiento del tango canción.

El éxito del novedoso estilo del tango canción no fue inmediato. «Mi noche triste», con su letra lunfarda y su temática sobre el hombre de pueblo abandonado por su mujer, fue recibido por el público sin ningún entusiasmo desbordante. Por otra parte, los cantores «puros» veían con malos ojos ese lenguaje de calle y esa sensualidad prosaica y de mal gusto, que se apartaba del «verdadero arte criollo».

Al año siguiente (1918) el sainete “Los dientes del perro”, puesto en escena por la compañía de Muiño-Alippi, incluyó una escena en la que la jovencísima actriz Manolita Poli cantaba «Mi noche triste». El número causó sensación y fue decisivo para que tanto la obra como la versión de Gardel, lanzada en disco ese año, fueran un gran éxito. Desde entonces el sainete y el tango establecerán un vínculo estrecho, promoviéndose mutuamente.

En 1919 solo una de las trece canciones que grabó Gardel fue un tango. En 1920 ya eran seis sobre veinticuatro y en 1921, ocho sobre veintidós . Hasta que en 1922 los tangos superaron la mitad: doce sobre veintiún canciones grabadas.

En ese período el dúo suma un segundo guitarrista, Guillermo Barbieri y en 1923Gardel estrena el tango «Mano a mano«, con letra de Celedonio Flores, el cual se constituyó en uno de los máximos éxitos del morocho del Abasto, marcando el momento en que el tango canción terminaba de imponerse y, junto a las transformaciones instrumentales de músicos como Julio de Caro, se abría una era de plenitud para el género: la Guardia Nueva.

«Mano a mano» se constituyó en uno de los máximos éxitos de Gardel, acompañado por la novedad de un naciente cine sonoro que supo hacerle el cortometraje homónimo que inició al cantor en la pantalla grande.

Al mundo

Consolidado en su dominio del tango canción y con su dúo con Razzano en el punto más alto de celebridad en la Argentina, Gardel ya estaba en condiciones de apuntar a Europa y al mercado musical internacional creado por el disco, mercado que en el futuro inmediato se verá amplificado por el cine y la radio.

En 1923 el dúo Gardel-Razzano tiene la oportunidad de realizar su primera gira a Europa, puntualmente a España, acompañando a la compañía teatral encabezada por la actriz Matilde Rivera y su esposo el actor Enrique de Rosas. Como una estrategia escénica derivada del estereotipo internacional de la Argentina, los empresarios teatrales insistieron en que los músicos se presentaran vestidos de gauchos, aunque en Buenos Aires actuaran vestidos de esmoquin.

Debutaron el 10 de diciembre en el Teatro Apolo de Madrid, actuando con sus dos guitarristas, luego de la representación teatral que la compañía realizaba cada noche. Las críticas sobre el dúo fueron buenas y luego de 40 presentaciones y con la misión de haber desembarcado en Europa cumplida, dejaron la compañía para ir a Francia, donde conocieron París.

En septiembre de 1925, luego de 12 años de cantar juntos y debido a una lesión de laringe, Razzano decide dejar el canto pasando a ejercer las funciones empresariales de la carrera de Gardel.

A fines de 1927 Gardel inició una nueva gira por España, la tercera, actuando en Barcelona, Madrid, Bilbao y Santander, con un éxito arrasador. Cuando Gardel debutó en París, el tango en Francia ya tenía más de dos décadas de historia y junto al jazz, era protagonista de la noche parisina.

El 6 de septiembre de 1930 se produjo un golpe de estado cívico-militar en Argentina que derrocó al presidente democrático Hipólito Yrigoyen. Fue el primero de una serie interrupciones de la institucionalidad democrática que se extenderá hasta 1983. En esa ocasión Gardel asumió una posición de apoyo al golpe grabando el tango «¡Viva la patria!» de Aieta y García Jiménez, que lo enfrentó con los sectores yrigoyenistas de la Unión Cívica Radical, que al menos en un par de ocasiones boicotearon sus actuaciones. Simultáneamente Gardel comienza a tener dificultades económicas y diferencias con Razzano, quien se desempeñaba como su representante, que le granjean enemistades en la barra de amigos que compartían y en el medio artístico y periodístico.

Finalmente, en 1930 Gardel iniciaría una nueva modalidad para difundir su canto, que redefinirá radicalmente su carrera y la masividad de su arte: el cine.

Los cortometrajes musicales argentinos de 1930

En 1930 Gardel protagoniza varios cortometrajes musicales sonoros, cada uno sobre una canción, con dirección de Eduardo Morera y producción de Federico Valle, uno de los pioneros del cine latinoamericano.

El más elaborado de todos estos fue Viejo smoking, sobre un tango con letra de Celedonio Flores y música de su guitarrista Guillermo Barbieri, en el que Gardel antes de cantar, protagoniza un sketch dramático con César Fiaschi e Inés Murray sobre el desempleo, la pobreza y el desalojo en el contexto de la Gran Depresión. También se destacan Yira, yira, El carretero, Mano a mano y Rosas de otoño en los que Gardel sostiene diálogos muy significativos con sus autores, Enrique Santos Discépolo, el payador Arturo de Nava, Celedonio Flores y Francisco Canaro, respectivamente.

Los cortometrajes fueron filmados en Buenos Aires entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre de 1930 y estrenados el 3 de mayo de 1931 en el cine Astral de la calle Corrientes. En algunos casos fueron presentados como «tangos teatralizados».

Las películas francesas

En enero de 1931 Gardel emprendió una nueva gira por Francia, iniciada con dos meses de presentaciones exitosas en Niza. A fines de abril llegó a París con la firme determinación de filmar una película en los estudios que la empresa estadounidense Paramount tenía dedicada a producir películas para los mercados no estadounidenses. Pocos días después, el 1 de mayo, lograba su objetivo y firmaba un contrato que lo incluía en un largometraje musical protagonizado por las figuras de la compañía de revistas del Teatro Sarmiento de Buenos Aires, encabezada por Manuel Romero y Luis Bayón Herrera.

La película estuvo finalizada a fin de mes y se llamó “Las luces de Buenos Aires”. e Incluyó escenas de canto y baile (tango, malambo y otras danzas folclóricas). Para componer la música se contrató a Gerardo Matos Rodríguez, y para ejecutarla a Julio de Caro (violín), su hermano Francisco de Caro (piano) y Pedro Laurenz (bandoneón). Gardel canta dos canciones, un tango propio titulado «Tomo y obligo», con letra de Romero, que canta en una cantina de La Boca, y el «El rosal» de Matos Rodríguez y Romero, que es el tema romántico con el que cierra el filme.

Las películas estadounidenses

El 7 de noviembre de 1933 salió nuevamente de gira: fue la última vez que estuvo en Argentina. Primero fue a Barcelona y París, y luego viajó acompañado por el talentoso pianista Alberto Castellanos a los Estados Unidos, donde debutó en la radio de la NBC de Nueva York, el 30 de diciembre de ese año. En la NBC, Gardel cantó acompañado por la destacada orquesta de la radio neoyorquina, dirigida por Hugo Mariani, y desempeñándose como arreglador el músico argentino Terig Tucci, radicado hacía años en Estados Unidos.

Estando allí, Gardel convocó a Alfredo Le Pera para que actuara como su representante en las negociaciones con la Paramount, en un momento en la que Estados Unidos padecía la gran depresión de la década de 1930. El contrato se firmó el 20 de marzo de 1934, acordando crear una empresa productora subsidiaria del gigante del cine estadounidense con el nombre de “Éxito Corporation”, cuyo único accionista fue el cantante argentino. Inicialmente se realizarían dos películas ese mismo año: Cuesta abajo y El tango en Broadway.

Entusiasmada con el éxito de las películas de Gardel, la Paramount decidió filmar dos películas más en 1935, que serían sus últimas películas: “El día que me quieras” y “Tango Bar”. Dos características centrales resaltan en estas últimas dos películas: la primera es la decisión de registrar el canto de Gardel en vivo, eliminando el doblaje tradicional en posproducción; la segunda es la decisión de dirigir el tono de las películas hacia el público de los países habla española, alejándose del tono porteñista, como de los estereotipos europeo-norteamericanos

La última gira

A medianoche del 28 de marzo de 1935 Gardel salió de Nueva York para iniciar su gira latinoamericana por Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curazao, Colombia, Panamá, Cuba y México. Lo acompañaban Le Pera, sus guitarristas Barbieri, Aguilar y Riverol, el boxeador argentino José Corpas Moreno como su secretario y el español José Plaja, su profesor de inglés.

Gardel llegó a Puerto Rico el 1 de abril a las 5 de la mañana. Más de cuarenta mil personas lo estaban esperaban en el puerto, sorprendiendo a una comitiva que recién comenzaba a tomar dimensión de la idoloatría popular que había desencadenado el cantante argentino en el público latino. Había sido contratado por una semana, pero la demanda popular fue de tal magnitud que postergó su llegada a Venezuela para actuar durante dos semanas más

El 25 de abril llegó a Venezuela donde otra multitud los esperaba. La presión popular sobre el ídolo fue de tal magnitud que demoró enormemente su llegada. Miles de mujeres, especialmente las adolescentes, intentaban abrazarlo y pellizcarlo e incluso la capota del automóvil en el que iba fue destrozada por la gente para poder verlo, desencadenando una represión policial en la que Le Pera recibió un sablazo del la cara.

Permaneció en Venezuela doce días, actuando en los teatros Principal y el Rialto, así como en el Hotel Majestic y en la Radio de Caracas. También cantó en Valencia, en la población petrolera de Cabimas, donde el público destrozó el circo en el que actuó exigiendo que cantara más canciones,

El 23 de mayo Gardel llega a Curazao, donde actúo cinco noches. Allí dona al grupo de exiliados venezolanos la suma de diez mil bolívares que le había regalado el presidente Gómez.

El 28 de mayo arribó por barco a Aruba. En Aruba, el público lo sacó del palco y lo llevó en andas por toda la ciudad. En esa situación Gardel logró convencer a la gente para que lo llevaran hasta el espigón del puerto donde abordó el avión que lo llevaría de nuevo a Curazao.

El 2 de junio Gardel llegó a Colombia. El diario El Tiempo de Bogotá, al anunciar el arribo del «Jilguero de las Pampas» decía que «la llegada del cantante argentino saturó a Barranquilla, que está viviendo a ritmo de tango». Nuevamente el afecto popular se expresaba en multitudes que lo seguían a todos lados, para abrazarlo y besarlo, con escenas de delirio colectivo que obligó una vez más a que intervinieran las fuerzas policiales.

Actuó en las ciudades colombianas de Barranquilla, Cartagena, Medellín y Bogotá. El domingo 23 de junio cantó por la radio La voz de la Victor, ante un inmenso público que colmó los estudios y la plaza Bolívar, donde la emisora colocó altoparlantes. Fue su última actuación. Antes de cerrar se había despedido con estas palabras:

“Antes de cantar mi última canción, quiero decir que he sentido grandes emociones en Colombia. Gracias por tanta amabilidad. Encuentro en las sonrisas de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto para mí. Me voy con la impresión de quedarme dentro del corazón de los bogotanos. Voy a ver a mi vieja, pronto. No sé si volveré, porque el hombre propone y Dios dispone. Pero es tal el encanto de esta tierra que me recibió y me despide como si fuera su hijo propio, que no puedo decirles adiós, sino hasta siempre.”

Al día siguiente, 24 de junio, Gardel y sus acompañantes debían continuar la gira en Cali. Para ello tomaron un avión piloteado por Stanley Harvey, que se dirigió primero a Medellín, para que asumiera la conducción del vuelo el célebre aviador Ernesto Samper Mendoza, propietario de la empresa Saco. Al momento de despegar del aeropuerto de Medellín, el avión sufrió el accidente que le costó la vida a Gardel y a sus acompañantes.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

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