La Tonalidad como hoy la comprendemos en la música popular tiene su fundamentos en el sistema musical que se empezó a consolidad alrededor del siglo XVII en la cultura occidental europea. Esta organización de los sonidos tiene como características dos cualidades: es funcional y es jerárquica.
Es funcional porque cada sonido de la escala (nota o acorde) cumple una función según su grado de estabilidad sonora dentro del contexto en cual esta inserto. Las funciones armónicas se clasifican en tres tipos:
- TONICA: estabilidad, reposo, conclusión
- SUBDOMINANTE: semitensión, transición, punto intermedio
- DOMINANTE: inestabilidad, tensión, empuje
Es jerárquico porque cada sonido (nota o acorde) de la escala tiene una ubicación ordenada en el escalafón, donde la Tónica es el centro y polo de atracción sobre el cual giran el resto de los sonidos como satélites, y que todas ellas, en mayor o menor medida, tienden a resolver (aproximarse) en ésta.
Entendiendo a la Musica como una sucesión continua de tensiones y reposos, los acordes de una escala se organizan en funciones armónicas (Tónica, Subdominante y Dominante) que van construyendo el discurso musical generando el movimiento armónico que una obra necesita.
Desde el análisis del repertorio de la música popular tradicional podemos observar que no se utilizan todos los acordes que se forman en las escalas del Modo Mayor Natural y del Modo Menor Compuesto (escalas menores Natural, Armónica y Melódica). Si no, recordemos cuantos temas del cancionero popular están construidos sólo con los grados I, IV y V.

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