New Orleans Style (1900)
A principios del siglo, Nueva Orleáns era un hervidero de pueblos y razas. La ciudad había estado bajo el dominio español y francés antes de que ésta, y el territorio de Louisiana, fuesen comprados por los Estados Unidos. Franceses y españoles primero, más tarde ingleses e italianos, y finalmente alemanes y eslavos, se encontraron con los descendientes de los innumerables esclavos negros llevados de África.
Convencionalmente se denomina «estilo Nueva Orleans» a esta forma inicial del jazz. Las improvisaciones, en el sentido que hoy las conocemos, no existían. De hecho los solistas elaboraban largas variaciones melódicas sobre el tema principal (usualmente integrado por dos canciones diferentes), en tempos muy lentos o medios, nunca rápidos.
Timbricamente se e caracteriza por tres líneas melódicas que en general son tocadas por una trompeta, un trombón y un clarinete. La dirección está a cargo del brillante sonido de la trompeta, bajo la cual contrasta el sonido pesado y poderoso del trombón, mientras el clarinete teje alrededor de estos dos instrumentos sus múltiples hilos melódicos. Frente a estos tres instrumentos solistas se encuentra el grupo de los instrumentos rítmicos: la tuba, la percusión, el banjo o la guitarra, Mas adelante el grupo se consolida con la integración del contrabajo, el piano y la batería.
El ritmo original de Nueva Orleáns se halla todavía muy cerca del ritmo de la marcha europea. Todavía no existe el peculiar efecto “flotante” del ritmo de jazz, que se debe a que en cada compás, si bien el 1 y el 3 siguen siendo los tiempos “fuertes”, se acentúan sin embargo a contratiempo el 2 y el 4. Los acentos se encuentran, igual que en la música de marcha, en el 1 y en el 3. Pero en otros aspectos estas antiguas bandas de Nueva Orleáns se parecían a las orquestas y a las bandas de circo de alrededor de 1900. La instrumentación y su función social las remontan directamente a ellas.
En la música de Nueva Orleáns se da por primera vez la interpretación “hot“. Es característico para este estilo un calor en la expresión llevado a su extremo. La formación de sonidos, la articulación, la entonación, o el vibrato, tienen gran importancia. Se “toca” el instrumento más de lo que se “habla” en él. Se expresa lo que se siente y lo que es distinto de aquello que siente cualquier otro.
Bibliografía: Berendt, "El Jazz..." Cap 1. New Orleans (1900)
Dixieland (1910)
En Nueva Orleáns, el jazz no era un privilegio exclusivo de los afroamericanos. Desde muy temprano se formó un estilo especial de los blancos de Nueva Orleáns: menos expresivo, pero con mayores recursos técnicos. Las melodías eran más pulidas, las armonías más “limpias”. La formación del sonido no era tan primitiva; pasaron a segundo término los glissandos, el vibrato expresivo, los sonidos arrastrados, y cuando se empleaba todo esto adquiría siempre un poco el acento de lo consciente, de que era así pero podía ser también de otra manera, con lo que se acercaba más a la broma excéntrica, mientras que en las bandas negras la necesidad respaldaba tanto el entusiasmo y alegría vital como el ambiente cargado de los blues.
Bibliografía: Berendt, J "El Jazz..." Cap. 1. Dixieland (1910)