Se trata de un baile de galanteo de pareja suelta, de ritmo vivo y picaresca expresividad. La pareja describe un juego amoroso, en el que el hombre persigue a la dama con elegancia y prudencia.
Esta movida danza se bailó en varias naciones tales como Perú, Chile, Uruguay y Paraguay, pero fue en Argentina donde prevaleció con más fuerza desde 1820 y se expandió a todas las provincias.
Es la danza criolla más popular del acervo folklórico argentino, y ha generado distintas variantes coreográficas conocidas en la actualidad: “Gato bonaerense”, “Gato cuyano”, “Gato cordobés”, “Gato con relaciones”, “Gato encadenado”, “Gato polkeado”, etc. Todas estas denominaciones no indican nada más que procedencia y ligeras modificaciones regionales o locales, aunque en la práctica, cuando hablamos de “Gato” (a secas) nos referimos al “Gato norteño”.
Ningún baile ha prosperado tanto como éste, que tuvo el honor de alternar con el elegante “Minué” y el “Cuando”, y hasta podríamos asegurar sin temor a equivocarnos, que es el arquetipo de las danzas nativas argentinas. Reúne todas las cualidades que corresponden a éstas, dejando amplio margen, por su coreografía sencilla, para que se manifieste la personalidad del hombre y la inconfundible gracia de la mujer argentina.
Forma y estructura
Fuente: Aguilar, Maria del Carmen, "Folclore para armar"
“El pintao”
Coreografía
Fuente: Aguilar, Maria del Carmen, "Folclore para armar"
Gatito de Tachaikovsky
Gatito de Tchaikovsky